Hoy hemos seguido con el tema de ayer, pero esta vez basándonos en el siguiente cuadro:
Este autor no sigue una estructura basado en pocas líneas largas que se van juntando, si no que la organización no está tan clara, está formada por muchas líneas. Al ser un dibujo en color y no en blanco y negro, es más difícil de plasmar en el papel, ya que hay muchas gamas de diferentes colores. Para empezar a hacerlo volvimos a dibujar las «líneas maestras» sobre papel negro y poco a poco íbamos definiendo el dibujo. Debíamos definirlo primero con trazos grandes, que ocuparan todo el papel y sirvieran para organizar el espacio, para que las luces y sombras quedaran repartidas y con un cierto sentido visual (una buena forma de hacerlo era usando como una línea que separara la luz de la sombra). Las líneas rectas se mezclaban con otras curvas. Una vez que teníamos las figuras grandes hechas, era hora de que fueran surgiendo figuras más pequeñas, las que iban a darle el verdadero sentido al dibujo. Estas dos acciones podían hacerse a la vez, es según vaya surgiendo. Hoy he aprendido que es mejor dejar marcadas las zonas negras, las zonas que quieres que vayan más oscuras para luego sobre eso poder aplicar las zonas de luz. Este ha sido mi trabajo de hoy:
Laura Ramos Navarro 